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Mostrando las entradas de enero, 2016

Como en aquellos días

Y así como en aquellos días, permíteme dejar mi memoria aquí, cesando la pluma hasta que el corazón, de nuevo, se deje cautivar, hasta que surja la musa, la inspiración, para volver a versar.

Tus tobillos

Inadvertido contemplo tus tobillos, esos huesecillos tan sutilmente bellos. La tibia que se alza distinguida, el peroné, de belleza no eximida, el calcáneo que en la vista reposa, el astrágalo, cual precioso don se goza. Qué inmenso tesoro posees, artísticos, cual monumentos, cual fuertes pilares, esculpidos en divina obra maestra, tus tobillos, robustos y a la vez delicados, se admiran como exquisitas piezas de arte.

Viaje

Desde Rumanía hasta Francia, de Francia a México volar, de México a Jalisco avanzar, de Jalisco a Guadalajara llegar, de Guadalajara a tu calle desviar, de tu calle a tu puerta caminar, de tu puerta a tu habitación entrar, de tu habitación a tus labios acercar, a tus labios, con todo mi amor, besar.

¿Si no es hoy, cuándo será?

¿Si no es hoy, cuándo será? ¿Acaso en la primavera al brotar? ¿O en el otoño, cuando las hojas caigan sin cesar? ¿Cuándo, dime cuándo? ¿Al iniciar el año o al finalizar su andar? ¿Cuando la luna gire y su otra cara quiera mostrar? ¿Cuando la tierra en su viaje cósmico decida desviar? ¿Cuándo la llama en mi pecho se resista a arder? ¿O cuando el brillo de una estrella nueva se deje contemplar? Si no es hoy, ¿cuándo vendrá? ¿Dónde, dónde he de esperar? Para estar allí cuando decidas llegar. Cuando tú lo desees, allí estaré, sin dudar.

Su silencio me enamora

Su silencio me enamora, su lado frío me encanta, contemplo su soledad, la amo tal cual es, en su realidad. Es la forma más sincera de conocer, cómo es ella en su interior, en su ser, observarla incluso cuando está molesta, amarla, aunque se encuentre lejos, en la distancia. Pensar en esa mujer, tan compleja, tan llena de misterio, me atrae tanto que no sé cómo anhelarla, solo sé que me dispongo a amarla.

Ella es singular

Ella es singular, se va sin nada que hablar, dejándome un recuerdo inmortal, que se rehúsa a borrar, se aferra, no quiere cesar, busca en mi interior, un espacio para florecer y habitar.

Escribo al suspiro

Escribo al suspiro de un amor ferviente, aquel que lleva su nombre en cada verso presente. Mis pensamientos vuelan libres, sin atadura, entre ella y yo, solo una flor en la espesura, que crece entre dolor y amor, con bravura, iluminada con luz, creciendo con pura ternura. Así le escribo a ella, mi musa, mi suerte, cada vez que cierra los ojos, en el silencio inerte. Vagué por la vida hasta que su mirada encontré, y solo empecé a vivir cuando a ella me entregué. Estos son los versos que a su amor consagro, cada vez que la veo, mi corazón recibo en abrazo.

Veinticuatro horas

Con un alegre "¡Buenos días!" comienza, un capítulo de veinticuatro horas que sorprende y enseña, el más emocionante día que la vida nos presenta.

Encontrar y seguir

En el laberinto de la vida estamos atrapados, buscando la salida, a veces desesperados. Perdemos tiempo al escondernos, en las esquinas, quietos, observando el tiempo. El miedo a seguir nos paraliza, temiendo que, tras la salida, nada se avizora. ¿Será el vacío o el comienzo de un nuevo destino? El temor me invade, pero más me asusta el no camino. Camino entre calles de almas buscadoras, cada una en su lucha, hallando sus auroras. Izquierda o derecha, el rumbo parece incierto, mas no importa el final, sino el viaje correcto. No hay que detenerse, ni en quietud resignarse, sino moverse, buscar, y en la búsqueda hallarse. Encontrar y seguir, sin jamás desfallecer, hasta que el cuerpo no pueda, pero el alma siga de pie.

Salgamos a comer

Salgamos a comer, deseo contigo un buffet explorar, panes, gelatinas, frutas, verduras y carnes sin cesar. —Tú no comes carne— Mas tú sí, y por ti, quisiera ese lugar. O si prefieres, en casa podemos algo preparar, una sopa, tacos o pastel, un festín singular. —Tú no sabes cocinar— Entonces, ¿qué tal si algo pedimos para cenar? Una pizza, comida china, lo que sea a domiciliar. —Me gustan tus ideas— Mas aún no decidimos qué vamos a realizar. ¿Hacemos todas o ninguna? Es el dilema a consultar. —Empecemos con lo que tú puedas cocinar— Pues ya está, que no comeremos, mejor no hablar. Pediremos pizza y películas todo el día disfrutar. —Risas—

Enero

Enero se despide en su final, un deseo quisiera yo confiar. No es único, más sí primordial, decirte lo mucho que te quiero, sin igual.

Duerma

Duerma mientras yo también lo hago, en esta noche preciosa, en suave arrullo. Soñando con usted me hallo, duerma bonito, sueñe profundo. Cierre los ojos, descanse en paz, que mañana, al despertar, quizás, la vea yo, y deseo encontrarla radiante, descansada y bella, como siempre delirante.

Serenata bajo tu ventana

Serenata bajo tu ventana, Mañanita, con dulces palabras que el viento acaricia. Ya lo sabes, pero aun así insisto, en decirte al oído lo que por ti siento. Ay, Mañanita, cómo te adoro, eres un encanto, un tesoro. Si te besara, sé que pedirías, que no cesaran nunca esos dulces días. Pero tú decides, Mañanita querida, si te unes a este amor que por ti vida. Ven, déjame amarte aunque sea un instante, y convencerte de que sea constante. Bajo la luna, testigo de nuestro amor, no temas, será solo un sabor. Mis caricias, un vicio tal vez serán, pero si no las quieres, me iré, no insistirán. Ay, Mañanita, eres el sueño de mis noches, quisiera que duraran más, como eternos broches. Pero si son efímeros, mejor contigo vivir, aunque sea un momento, antes de partir. Serenata para ti, Mañanita, con amor sincero, tocando a tu puerta, con este corazón ligero. Te ruego aceptes este amor pequeñito, para amarte desde la tierra hasta el infinito.

¿Qué te pasa?

¿Qué te ocurre? —Estoy exhausta, eso es todo— respondió ella con un suspiro que parecía cargar todo el peso del día. Eso ya lo sé, pero hoy hay algo distinto en ti, veo una sombra cruzando tu mirada. Cuéntame, confía en mí. ¿Qué te aflige? Ella se acercó y lo abrazó en silencio, buscando refugio en su calor. Él, entendiendo las palabras no dichas, le devolvió el abrazo con igual intensidad. —Hoy simplemente no fue mi día. Cada intento, cada esfuerzo, se desvaneció como humo entre mis dedos. Estoy decepcionada de mí misma— sus palabras eran un murmullo entre la seguridad de sus brazos. Escucha, ya sabes que la perfección es un horizonte inalcanzable, un espejismo que nos mantiene en movimiento. Hay cosas que escapan a nuestro control, pero lo que sí está en nuestras manos es la voluntad de superarnos. Y tú, tú lo haces excepcionalmente bien. Piensa en las carreras matutinas; al principio, un kilómetro te dejaba sin aliento, pero conociste tu límite y lo desafiaste. Entrenaste, persistis...

Baila junto al mar

Mañana, dulce doncella, saludarte es mi anhelo, con tu vestido blanco de estrella, te ves radiante bajo el cielo. Duerme y luego despierta, baila junto al mar sereno, con tu gala, pura y abierta, la arena adorna tus pies morenos. Ten piedad, niña del alba, ten un gesto de bondad, regálame una palabra, que se sienta en la eternidad. Cuida esas manos pequeñas, júntalas, con suavidad, que las veo tan risueñas, jugando libres, en su claridad.

¿Dónde quedó todo ese amor?

¿Dónde, dónde está? El amor que me tenías, ¿Dónde, dónde quedó? Ese amor que se perdía. Ayer, amor, me decías, hoy ya ni te acuerdas, solo queda la agonía, donde antes había ofrendas. ¿Dónde, dónde está? Lo olvidaste, como a mí, sin más, así como surgió, se fue sin final, la flor del amor, marchita está. Dolió, ¿sabes cuánto me dolió? Cuando lo único que tenía era amor, ahora solo queda este dolor, que, con el tiempo, será menor.

Sin necesidad

Otro día más se suma a la vida, abrazas el último sueño, sin prisa. Antes de que tus ojos se desvelen, quiero que sepas, en sueños te velan. Tienes a alguien que, en la distancia, sigue soñando contigo, sin errancia. Sin necesidad de despertar, en sus sueños, siempre vas a estar.

Tarde o temprano

Tarde o temprano, ya sea ahora o después, en algún lugar, aquí o allá, sin estrés, quiero que sepas, con certeza en mi voz, que volveremos a encontrarnos, solo tú y yo. Nos veremos distintos, por fuera cambiados, pero seguiremos lo que un día hemos empezado, amándonos igual, con ese fuego no extinguido, como siempre ha sido, eterno e infinito.

Para mí

Para mí, las noches son mágicas, es así, cada vez que en ti pienso, incluso hoy aquí. La magia de la noche en mi mente te trae, y en el silencio de la oscuridad, tu luz destella.

Pintora

La mujer, con un gesto suave y repetitivo, golpeaba su frente contra la pared, como si buscara despertar las ideas dormidas en su mente. Frente al lienzo, comenzó a pintar; las pinceladas danzaban en un caos controlado, los colores se derramaban sobre el suelo, formando una tormenta de sensaciones sin lógica. Entre lágrimas y gritos, su arte cobraba vida. Se desplazaba por la estancia con la urgencia de quien persigue o huye de un fantasma, y de pronto, se dejó caer, exhausta. Su respiración era profunda, y sus ojos, fijos en la obra, no se apartaban de ella. Se limpió las lágrimas, pero no se levantó; se sumergió en un mar de reflexiones donde el amor y el odio navegaban juntos, indisolubles. Finalmente, se puso de pie, y con una furia renovada, atacó su propia creación. Continuó dibujando, coloreando, utilizando brochas y pinceles de todas formas y tamaños, en una carrera contra el tiempo que avanzaba implacable, mientras las nubes se deshacían y el sol se escondía en su refugio noct...

Atrapada en el tiempo

Ella estaba atrapada en un bucle temporal, condenada a vivir perpetuamente los martes. Fue mi novia en un pasado distante, y aún conservo el calor de aquel amor. A la medianoche, ella regresaba, como si el tiempo no hubiera pasado entre nosotros, pero sus ojos contaban una historia diferente; veía saltos en el espacio, fracturas en la continuidad del martes. Imagínate, si paseábamos por un parque o nos mezclábamos con la algarabía de una feria, al finalizar el día, ella se esfumaba. Y al siguiente martes, reaparecía, continuando la conversación donde la habíamos dejado, aunque la feria ya no estuviera, aunque todo a su alrededor hubiera cambiado. Para suavizar su desorientación, ideamos un ritual: nos despedíamos en una habitación vacía, completamente blanca, un lienzo listo para ser pintado por la realidad del próximo encuentro. Cuando ella volvía, me encontraba casi inmóvil, en la misma posición, intentando que las alteraciones del mundo no la perturbaran.

¿Cómo se encuentra hoy?

Señorita cometa, ¿cómo se encuentra hoy? Permítame decirle que de nuevo la vi, oh gran gozo. Antes del alba, en el cielo se desplegó, su figura celeste, un espectáculo hermoso. Vestida de noche, con azul profundo, adornada de estrellas, constelaciones en su manto, lunares que en su ser dibujan el mundo, belleza le declaro, y si me permite, tanto. Cada vez que aparezca, mi voz lo dirá, porque lo merece, y porque así es usted, de la cabeza a los pies, hermosura sin par, con zapatillas de sol, anillos que en danza se ven. Quisiera caminar, salir a su encuentro, enamorado de usted, mi deseo sincero, en cada mirada, en cada momento, su amor persigo, mi anhelo verdadero.

Creerlo con fuerza

Te declaré mi amor profundo, te lo dije, y aún así, no fue suficiente, prefieres el misterio, un abismo rotundo, un enigma, un desafío, algo ausente. ¡Escúchame, escúchame! Con fervor repito, yo soy quien te ama, sin condición, si mi amor no colma, te solicito, dime qué buscas, cuál es tu visión. ¿Qué anhelas? ¿Qué deseas con pasión? Dímelo ahora, no esperes al mañana, quiero saberlo, poseerlo sin dilación, conocerlo, lograrlo, que a mi alma emana. Creerlo con fuerza, sin ninguna duda, y aferrarme a ello, nunca perderlo, en este amor que todo lo escuda, y en tu respuesta, por fin entenderlo.

Palabras extrañas

Un misterio en el amor, inmarcesible es, nunca efímero, una epifanía no se olvida después. Por esta razón, una limerencia en mí reside, todo por una serendipia que en ti se esconde. Ella, inefable, en todo su ser se manifiesta, en el melifluo de su voz, mi mente se queda. Me convierto en sonámbulo, sin rumbo ni época, en un lugar extraño, donde el arrebol se evoca. La iridiscencia y la luminiscencia se unen, son la combinación perfecta, las palabras fluyen. En su presencia, elocuencias nacen sin clemencia, y en su ausencia, el corazón guarda su esencia.

Estoy seguro

Como ella, no hay dos, lo sé, única en su ser, me enamoró, me cautivó. Le dije a Dios, en mi oración más sincera, como ella no hay dos, es la mejor, una bendición verdadera. El amor, indivisible, único como ella, como tú lo sabes, como tú, sin huella. ¡Y eso yo lo sé! ¡El mundo entero lo sabe! Como ella, no hay dos, en el amor, nadie la desplace. Estoy seguro, sin duda alguna en mi ser, eres lo que Dios quiso, perfecta en tu querer. Como tú no hay dos, en mi corazón lo siento, no me equivoco, no soy mentiroso, es mi sentimiento.

Ámala

Ámala, ámala, no permitas que se vaya, escucha cómo tu corazón por ella clama. En la soledad de la noche, su amor invoca, ámala, ámala, y que nunca se marche, roca. En el refugio de su mirada, hallarás encanto, magia escondida, un tesoro en cada canto. Si la amas con verdad, con alma y vida, ámala, no la dejes ir, en tu historia tejida. Solo tienes una vida, un camino, un destino, después de esto, no hay más, ni un trino. Ámala, ámala, dile que la amas, sin demora, que no la dejas ir, que tu amor ahora aflora. Sube al cielo, escribe su nombre entre las nubes, toma una estrella, entrégasela, no dudes. Baja al suelo, confiésale tu amor, tu fervor, ámala, ámala, y no la dejes ir, es tu calor.

Lluvias

Hubo un tiempo en que la lluvia marcaba mi cumpleaños, una cita ineludible con el cielo gris de enero. Eran días distintos, únicos, donde el plomizo manto parecía celebrar conmigo. Pero entonces, la lluvia cambió su curso, y con ella, mi percepción del tiempo y del clima, quizás como reflejo de los eventos que marcaron esos años. La lluvia, esa sinfonía que desciende del cielo a la tierra, se convirtió en mi cómplice de tristezas y melancolías, en el pretexto perfecto para abrazos y besos robados, en la amiga que me acompaña en juegos solitarios. Es la excusa para quedarme en casa, entre películas, libros y llamadas telefónicas. Bajo su manto, los recuerdos, los olvidos y los sueños de amor cobran vida, y los charcos se convierten en espejos de un cielo caprichoso, invitándome a ser niño otra vez, a cuestionar el porqué de su llanto, a temerle a los rayos y a rogar porque la luz no nos abandone. Y en medio de la lluvia, la cita perfecta, en un café cualquiera, observando a la gente que...

¿Qué es lo que más extrañas de ella?

Lo que extraño de ella es su sonrisa brillante, su mirada profunda, su aroma fragante. Extraño su cabello, hermoso al viento, sus manos, su voz, su dulce acento. Sentir su presencia, tan cerca, tan viva, saber que sus latidos mi realidad aviva. Y cada respiro, una perturbación, en el aire que respiro, su amor es la razón.

Ahora seré yo

Ahora seré yo quien busque refugio, en tus brazos, un lugar seguro. Necesito caer, ¿podrás sostenerme? Cerraré los ojos, en tus manos caeré suavemente. Igual que tú, anhelo ser escuchado, que mi voz sea oída, con un poco de cuidado. Toma mi rostro con tus manos, levántalo con ternura, mírame a los ojos, dime que todo tendrá cura. Verás entonces, nacer una sonrisa, y me levantaré, con nueva brisa. Te besaré, y sin más pensar, otro beso te daré, en este singular danzar.

Recordé

Recordé que guardaba un recuerdo tuyo, escondido en lo profundo, en el rincón más suyo. Al tomarlo y mirarlo con ternura renovada, como cuando te veía, mi alma enamorada. Con la misma dulzura de aquellos días, volví a enamorarme de ti, lleno de alegrías.

Sin

Sin palabras, sin un solo pensamiento, me quedé inmóvil, rendido a tus besos. Dichoso aquel que por tus labios encuentre, los más puros sentimientos.

Temperamental

A veces, uno se encuentra demasiado temperamental, incapaz de soportar a nadie, de escuchar los problemas ajenos o de recordar las propias responsabilidades. En esos momentos, lo mejor es refugiarse en el silencio, entregarse a una actividad distinta o continuar con la tarea en curso, pero con una actitud renovada, relajada, sin prisas. ¿Qué podría suceder? De alguna manera, todo debe resolverse bien. Es esencial enfocar la mente en un único objetivo, concentrarse, respirar hondo. El dolor de cabeza puede ser intenso, hasta el punto de enfadarnos con nosotros mismos, pero no hay otra alternativa que borrar todo lo demás y, como ya lo mencioné, concentrarnos en un punto fijo, casi de manera inercial, como quien ata las agujetas de sus zapatos sin pensar, simplemente haciéndolo y ya. Una vez que hayas terminado con todos los pendientes, aíslate por un momento o busca compañía, según lo que te acomode mejor. Distraerse un rato del trabajo y de las responsabilidades es necesario; a veces q...

Los albores

Los albores en Francia, Inglaterra o España, y en Suiza, con su belleza que engaña, no se comparan, ni por asomo, ni en fama, con despertar en la misma cama, durmiendo de noche hasta la mañana, junto a la mujer que tu corazón llama, ese amanecer vence cualquier panorama, pues es con ella que más se ama.

Quisiera saberlo

¿Quién me escribe versos, quién me canta?, ¿Quién dedica a mi ser poemas de amor? ¿En sus sueños acaso, mi imagen planta? ¿Seré yo su amor imposible, su ardor? ¿Me amará en secreto, sin revelar? ¿Deseará también, en la quietud? Quisiera saberlo, poderlo hallar, en el murmullo del viento, en su plenitud. ¿Imaginará mis besos, en la distancia? ¿Jugará con mi cabello, en su fantasía? ¿Acariciará mi sonrisa, con confianza? ¿Deseará robarme, en su poesía? ¿Querrá hablarme, cubrir mis ojos, callar mis labios? ¿Y besarme, en un instante robado al tiempo? Quisiera saberlo, antes que los días sean grises y sabios, antes que se disuelva el momento.

Conocerte

Si Shakespeare en su tiempo te encontrara, inspiración de sonetos y dramas te declarara. Si Rubén Darío tu presencia sintiera, en sus versos y cuentos, brillo tú serías. Si Neruda cruzara tu camino algún día, más de veinte poemas y canciones nacerían. Si Benedetti tu esencia descubriera, en sus novelas y ensayos, tú serías la primera. Mas tengo el honor de conocerte yo, de haber compartido este presente contigo.

En silencio

Amor en silencio se hace, en silencio, amor, deseo, descubrirte en cada beso, y en secretos íntimos, juntos, quedarse. Versos tejen tu ser mío, orden y caos, en desvarío, pensamientos que se entrelazan, distancia no nos abraza. Pienso en ti, mi único verso, escribiendo amor inmerso, en silencio, amor, te pienso, y nuestros deseos, intensos.

Miel

Tu boca, cual flor en albor, destila néctar de dulzor; anhelo con mis labios posar, y en miel de amor transformar. En cada verso, un suspiro, en cada rima, un deseo, tu esencia me lleva al delirio, en un dulce y eterno aleteo.

Única

Única entre todas, la musa elegida, a quien dedicaría mis versos de vida, mis bellas caricias, tan solo a ti dadas, que a nadie más daría, por ti reservadas.

Te amo, aunque a veces no lo comprenda

Te amo, aunque a veces no lo comprenda, aunque no encuentre la razón detrás de mis pensamientos, a pesar de lo injusto o delicado del tema. Quiero que sepas que, a pesar de todo, te amo como nunca he amado a nadie. Porque cuando estás conmigo, lo mejor de mí emerge; basta con escuchar tu voz, ver tu mirada, sentir el roce de tu mano. ¡Por el universo! Un solo toque tuyo despierta algo maravilloso en mi interior. Eres un hermoso caos, porque incluso en las peores tormentas, logras hacerme sonreír. Permanezco a tu lado por elección y por amor. Continúo buscando razones, observo a las parejas que caminan juntas, abrazadas o felices, y me pregunto: ¿estarán dispuestas a vivir un amor como el que he elegido? Es una decisión, no un sacrificio, amarte tanto. Para mí, eso es amor: permanecer y buscar, entre la niebla, un rayo de luz, en los buenos y malos momentos, y aún en los peores. Con tus errores y desplantes, elijo quedarme a tu lado, porque disfruto devolverte la sonrisa frente a la adv...

Recuerda

Recuerda que los rayos del sol al iniciar el día son como una dulce voz que te dice: “Hoy será tu mejor día”

Letras

Anhelo liberar letras al viento, enviarlas al mar, al vasto universo, deseo que viajen lejos y sin detenimiento, llevando mi voz en su silente verso. Quiero inscribir tu nombre en la arena, grabarlo en la montaña, al alba temprana, que cada trazo revele mi empeño y condena, en la playa, en la cumbre, bajo la luz temprana. Dibujaré cada letra con fervor y esperanza, con la decisión firme que en el alma danza, con la ilusión y devoción que nunca cansa, tejiendo en cada palabra mi más sincera alianza. Y al cerrar mis ojos, mi mano en el pecho reposa, con cada pronunciación, tu nombre se impone y posa, mi corazón persiste en su latido, feroz y grandioso, aunque estés lejos, en mi sentir siempre hermoso.

Paronomasia

Ella, una dama del espacio, su gracia esencial, Con tinta y prisa, en prosa, le escribí sin cesar, Le envié misivas breves, mas con cuentos sin final, Luego, una caja de rosas, rojas como el coral. Cada caja a su morada puntualmente arribaba, Sobre su lecho las posaba, junto a su faz las alineaba, El aroma de las rosas, en su estancia se quedaba, Rosas rojas, cartas cortas, en su casa resonaba. Nota: Las paronomasias son palabras que únicamente se diferencian por una vocal o una consonante.

Aquí y ahora

Todos los miedos, errores y fracasos quedaron atrás, solo el amor permanece, aquí y ahora, sin disfraz.

Mi alegría comenzó

En el instante en que te dije "buenos días", desde ese preciso momento, mi alegría comenzó.

Vuelve a dormir

Vuelve a dormir, dulce golondrina, en paz, que mañana en tu nido laborarás. Duerme, abrígate bien, sin temor, que al alba volarás con vigor. Saldrás primero tú, el sol te seguirá, por ahora, descansa en tu hogar.

Pintura

Pintura al óleo, tus labios quiero besar, tener un deseo, a tu lado estar.

Mausoleo

Mausoleo para los días sin nuestras caricias, cuando nuestros cuerpos no compartan delicias.

Elogio a tu cintura

Dicha escultura, de belleza sin medida, hermosa criatura, en mi vida elegida. Ninguna palabra, aquí o en la eternidad, puede describir tu divina cintura con justicia.

Cambiando

Cambiando foto a foto, decisiones al azar, imágenes que chocan en un mar sin final. Elige si está o la próxima será, cambias de color, como quien cambia de lugar. A medianoche, la transformación sucederá, la foto en blanco y negro, color ganará.

Si fuera por mí

Si fuera por mí, te escribiría sin parar, pero las ideas se agotan, esa es la verdad. Si me brindaras un poco de tu pasión, mi pluma volaría, llenándose de emoción. En cada verso dejaría mi corazón, y en cada palabra, un trozo de devoción.

Escribo

Escribo al amor, al desamor, al adiós, a la tristeza, la sorpresa, al silencio, a la voz. No importa si es verso o si es prosa, es el sentimiento lo que cuenta, lo que brota y se posa.

Levántate

¡Levántate! ¡Sacúdete! ¡Toma acción! ¡Abre los ojos! ¡Despierta con pasión! ¡Ponte de pie! ¡Busca tu fuerza interior! ¡Emerge de la oscuridad! ¡Con fervor! ¡Levanta el ánimo! ¡Tú puedes, vencedor!

Flores

—Mira, te he traído flores— dijo él, extendiendo un ramillete desordenado pero vivo. —¿Flores? Pero si los hombres no suelen ser destinatarios de tales cosas... —¿Y por qué no?— cuestionó él con una sonrisa cómplice. —No lo sé, es extraño. Nadie me había obsequiado flores antes, y jamás imaginé que tal gesto llegaría a mí. —¿Qué se siente?— preguntó él, con un brillo de curiosidad en los ojos. —Recibir flores... —se rió— me siento como atravesado por una broma del destino, y tu regalo es tan insólito como encantador. —Debes conceder que es original— insistió él, con una sonrisa que no cabía en el rostro. —Lo es, sin duda. Ahora que las sostengo, no sé qué hacer con ellas; nunca esperé algo así, siempre fui yo quien te obsequiaba con flores. —(Risas) Lo sabemos— dijo ella—, pero ahora soy yo quien te regala flores, para que experimentes la sensación, para que entiendas el peso de llevarlas durante toda la cita y el desafío de mantenerlas vivas al llegar a casa. —¿Hablas en serio? ¡Vaya!...

Eres el enigma más extraño

Eres el enigma más extraño que he anhelado, un misterio envuelto en temor, no revelado. Quisiera desentrañar ese secreto escondido, para vencer el miedo y dejarlo vencido. En un volcán hay una flor, única y distante, ¿Hasta dónde debo ir para ser su amante? Para alcanzarla, un muro nos divide, más por amor, cualquier barrera se elide. Tu amor es la flor, el volcán es tu pecho, donde late un corazón, tras un muro deshecho. Rodeado de temores que como muros se alzan, pero por ti, cualquier riesgo valdrá la balanza. ¡Ay del valiente que ose la cumbre alcanzar! Un muro sin fin, al principio, difícil de escalar. Mas resistir en la ascensión es la clave, vivir con tal pasión, ¡qué hermosa suave! Con la flor en tu mano, los muros caerán, a tus pies rendidos, por fin se postrarán. Cada cual forja su destino con sus manos, a veces el miedo daña, pero seguimos humanos. Si anhelas llegar, debes conquistar, sin temor a la caída, sin miedo a errar. El amor es la fuerza que nos hace ganar, la razón ...

Es tiempo

Es tiempo de sacudir el polvo, de nuevo al sol darle un rostro, la niebla se ha disipado, el cielo azul ha regresado. Creo que es hora de partir, la dama estelar nos invita a sonreír, allí está el hombre del diario, sus hojas salvando del viento arbitrario. Es hora de sonreír, de aquel libro olvidado al fin abrir, escribe a la musa de tus sueños, dile que la esperas en tus inviernos. El cosmos es de aquellos locos, que aman, aprenden y se atreven, emociónate con cada idea, persigue tus sueños, que nadie te frene. Tienes una vida, vívela con alegría, sonríe, llora, en la justa armonía. No malgastes tus tesoros, sabrás con quién compartir esos oros. Planta un árbol de dulces naranjas, corre si la soledad te alcanza, construye un castillo de papel, con tu amor comparte un café. Pinta un lienzo, dibuja una mano, envuelve un presente, sigue adelante.

Me cansé de esperar

Me cansé de esperar, solo para escuchar tu "jamás", enmudecí, retrocedí un paso más, y lloré desolado, una vez más. Tus palabras me causaron dolor, permanecí inerte, sin valor, no valía la pena una palabra más, me alejé, una vez más. Rezando por no hallar, un recuerdo que me hiciera regresar, a esos pensamientos que solía amar, que ahora debo olvidar. Me cansé de la espera vana, solo para comprender, con el alma en pena, que al final no compartimos la misma senda, y no estuvimos juntos, una vez más.

La esperanza

Aunque el dolor en el alma se anida, y las estrellas parecen llorar, la esperanza, como brisa encendida, renueva sueños, invita a volar.

Sonríe

Sonríe, que a la tristeza espantas, al alma con gozo alimentas, con tu sonrisa das esperanza, hoy sonríe, pues mañana deberás sonreír aún más intensa.

Y al despertar

Y al despertar, descubres que alguien siempre piensa en ti.

Secreto

Tú y yo lo sabemos, el amor en lo secreto, es un deleite sin pretexto, que en cada instante se goza al completo.

Cosmogonía

Cosmogonía en el gesto, tu mano en la mía, juntos avanzamos, paso a paso, en armonía.

Caminé sin rumbo fijo

Me dejé llevar por la soledad de la mañana, cuando el fresco de la noche aún se cuela entre los dedos y el sol comienza a tejer su red dorada. Caminé sin rumbo fijo, siguiendo un sendero que se desdibujaba con cada paso, hasta que una lluvia caprichosa, como sacada de un cuadro de Magritte, me sorprendió con su danza inesperada; una muchacha, cuya belleza desafiaba la realidad misma, salpicó mis pantalones al compás de su regadera, como si pintara con gotas de lluvia las flores de su jardín. Ella, con una disculpa que parecía más un murmullo de viento, me miró con ojos que contenían universos. Respondí con una sonrisa, pidiéndole su nombre como quien pide un boleto para continuar el viaje en este tren de sueños. Ella lo pronunció, y su nombre resonó con ecos de historias aún no escritas. Continué mi camino, con la certeza de que cada paso me alejaba de la vigilia y me sumergía más profundo en la trama de un sueño eterno.

Cuando se enamoran

Cuando un hombre y mujer se enamoran, no necesitan unirse en presencia, les basta saber que el otro existe, para colmar su vida de esencia y felicidad.

No perdamos

No perdamos el tiempo en vano, si es que podemos amarnos, no nos frenemos, avancemos, seamos distintos a lo aprendido, en lugar de distantes, estemos unidos.

Tu nombre

Anhelo plasmar tu nombre en mis versos, guardar tu esencia en mis pensamientos, más nunca he solicitado tu consentimiento, sí vieras lo escrito por mi sentimiento, jamás creerías que, en cada uno, tu nombre es el centro.

El sol se esparce

¿Cómo es que tus labios son tan rosados? Deseados, en atardeceres dorados, el sol se esparce, todo lo ha tocado, y tus labios, por él, serán acariciados, mientras se aleja, su brillo ha dejado.

En mi morada

En mi morada no hay más alma que la mía, te llamé para que me acompañaras en la soledad, pero el eco de tu silencio fue la única respuesta. La inquietud se apoderó de mi noche, solo en el lecho, envuelto en mantas, abrazando la almohada como si fuera tu sombra. El frío se colaba como fantasmas curiosos por la ventana, cada corriente, un murmullo de tus dedos que ya no están. En la penumbra de la madrugada, anhelaba ahogarme en un mar de besos, no en la sequedad de la ausencia de tu mirada. Abrumado, mi reflejo en el espejo mostraba la huella del tiempo, una barba incipiente, signo de mi desdén por la propia imagen. Regresé a la cama, sumido en el silencio que gritaba tu nombre, añorando el sonido de tu voz, esa melodía divina. ¡Por los dioses! Cómo anhelo escucharte, no importa si es trivial o trascendental, cada palabra tuya es un manjar para mi ser, un deleite que me consume y me completa.

Perlas

Esas perlas que luces, preciosas y finas, en tu rostro resplandecen, dos joyas divinas. Brillan, seducen, en el alma se incrustan, son dulces, intimidan, en su misterio se ajustan. Tus ojos, dos astros de belleza sin par, los más embriagadores que jamás pude hallar.

Astronauta

Te conté de una chica astronauta, hace ya décadas, viajó a Saturno, los asteroides exploró, atravesó la tormenta de Júpiter, y en su brillo danzó. Era la viajera espacial ideal, en la vastedad del espacio se deslizó. Dudé de su verdad, pensé que era un cuento más, hasta que astrónomos, con sus telescopios la hallaron, navegando en un cometa, por el sistema estelar giró, en una odisea sideral, su leyenda comenzó a narrar.

Confieso

Anoche no pude dormir, encendí la lámpara y apoyé el codo en la almohada, cubierto por la sábana, a medio cuerpo, en la cama me dispuse a confesar: Confieso que la he amado, incesante, en el tiempo, siempre presente, aquí, en cada pensamiento. Mi corazón se enciende al verla en mi sendero, confieso que soy otro, transformado por completo, no sé si para bien o mal, distinto es mi temperamento, pero mi amor es vasto, tanto como el firmamento.

Relato

"Mi amigo, ¿por qué esa soledad que te abraza? Permíteme sentarme, conversar un instante," le dije, notando su semblante cargado de pesares. "Desahógate, soy todo oídos para ti." "Hace días que partió, su ausencia es un enigma, y me encuentro perdido sin ella," confesó con un suspiro que parecía cargar el peso del mundo. "¿Adónde se ha ido tu amada? Parece que ha cruzado océanos de distancia," murmuré, intentando descifrar la profundidad de su mirada. "No, no es la distancia. Ella estudia, está sumergida en sus libros y teorías..." su voz se desvaneció como si las palabras temieran escapar. "Entiendo, mi amigo. Te diré algo que quizás duela: hay quienes se desposan con su vocación, lo he visto, lo he vivido a través de otros," le dije, intentando prepararlo para la realidad. "Pero espera, no somos como los demás. Es complejo, sí, pero la amo, la extraño cada segundo," replicó con una determinación que rara vez había ...

Duerme

Te vi dormida, en silencio sin hablar, tu cabello te seguía, fiel en tu caminar. En tu pecho, suspiros se escuchaban sin cesar, tus labios sellados, en calma sin gritar. Como tus ojos cansados, que buscan descansar, duerme, sueña, en paz continúa navegando.

En ti

Hola, aquí tienes un café, preparado a tu medida, y unos panes que nos esperan para ser saboreados, ¿nos sentamos? -Sabes, me pesan los párpados y el estómago se queja, ha sido un día largo sin probar bocado- Vamos, quédate conmigo, y compartamos este instante. Pensaba: ¿Podría inquirir sobre las sombras de tu día? Escucharé cada murmullo, cada silencio, desde el alba hasta el ocaso, Si optas por el silencio, lo acogeré sin pesar. Anhelo ser la brisa que eleve tu espíritu, Te ofrezco paciencia, sin urgencias ni carreras, Seré el refugio para tus palabras cuando busques ser oída, Y la voz que te susurre versos cuando anheles escuchar la vida. -Ella me miró, curiosa, y preguntó, ¿en qué divagas? - En ti, eternamente en ti.

En una hora

En una hora se disipará la oscuridad, no hubo quietud en la vibrante ciudad, pasaste la noche en vela, con tenacidad, movida por el ansia de adquirir sabiduría, con la dicha de brindar tu compañía, y la fortaleza que da el conocimiento cada día.

Cada vez

Cada vez que ella me habla, descubro un universo por explorar, un cosmos de misterios que invita a desentrañar.

Tu compañero

Permíteme ser tu compañero en esta noche estrellada, en la vigilia que desvela, mientras esperamos la alborada. Observo tu cabello alborotado, signo de la fatiga acumulada, mas tus ojos brillan, reflejando una chispa encantada. Hablaré de los cielos, su vastedad clara y despejada, de la urbe que, a lo lejos, como un océano de luces se desgrana. En el silencio me sumiré, para que encuentres calma, y en el reposo de mis brazos, te prometo, nada te hará falta.

Café y galletas

Le traigo café y galletas, un gesto sincero, panes que son conchas, bizcochos, un banquete entero. Algo para que disfrute, para que saboree con placer, no es molestia si a medianoche le ofrezco un té. Lo que anhelo es verla bien, en sereno deleite.

Ayer

Si me preguntaran cómo me siento, diría que soy un soldado de papel, con alfileres clavados en cada rincón, que al retirar dejan un hueco en mi ser. Mi inquietud radica en conocer, qué le sucedió a ella el día de ayer, qué pensamientos recurrentes, se encuentran aprisionados en mi mente.

Este día

Permíteme acompañarte en este día, entiendo que te sientes cansada, no permitas que la agonía te lleve, hay en el cielo una melancolía leve. Apóyate en mi hombro, descansa, dejaré tus lágrimas secarse, que ya empiezan a marcar tu semblante, pero llora, si es lo que necesitas, adelante. Viento fresco y suave, rey del verano marino, permíteme estar contigo en el camino, no dejemos que la empatía, sea motivo de más melancolía.

En las calles

Salimos a deambular por las calles de Guadalajara, recorriendo esa vía donde las tiendas exhiben vestidos de novia. Ella, reflejada en los cristales, se medía los atuendos de los maniquíes, girando como si los portara, hermosa sin necesidad de espejos que lo confirmaran. Hacía frío y la noche se había adueñado de todo; pocas almas vagaban a esas horas. La miré de nuevo, continuaba su danza entre reflejos, probándose vestidos que solo existían en la ilusión del vidrio. Le señalé un vestido que capturó mi atención, ella respondió con un abrazo y compartió el otro audífono para sumergirse en la música. Permanecimos así, inmóviles, hasta que la última nota se desvaneció. Se quedó contemplando el vestido que le había mostrado, luego, juguetona, me guía hacia la vuelta de la tienda. Allí, los trajes de novio se alineaban en el escaparate. Se aseguró de que mi reflejo luciera uno de ellos, y aunque solo era un juego de luces y sombras, me sentí elegante. Se colocó detrás de mí, simuló ajustar...

Nos acurrucamos

Soñé contigo en un sueño distinto, desperté a tu lado, en un abrazo ceñido. Nos acurrucamos, buscando calor, como gatos en invierno, en dulce sopor. Mis ojos cerrados, no quería despertar, seguía en tus brazos, sin querer soltar. Juntos acostados, en sueños unidos, por primera vez, en el mismo nido. Oía tus suspiros, sentía tu apretar, me pedías quedarme, no querías soltar. Bajo mi cobijo, te sentías segura, y aunque yo te abrazaba, era tu ternura.

Estrellas en mis manos

Estrellas en mis manos, para ti deseo dar, Para que con ellas puedas tu sueño alcanzar. ¡Tú sabrás qué hacer con su fulgor! Mas no preguntes cómo llegaron a mi posesión, Solo cuídalas con toda tu devoción. Nadie extrañará algunas estrellas fugaces, Esas que a ti regalé con dulces frases. Ocultas en mis palmas, ardían sin cesar, Su brillo contenía, no podía revelar, Corrí veloz, que nadie pudiera sospechar. Aquí me tienes, con astros en la palma, Ayer inquiriste por la naturaleza de su alma. Hoy conocerás su esencia sin igual, Dame tu mano, no temas al acto ritual, No te asombres, su magia es celestial. Al abrir las manos, parecían vacías estar, Él sonrió, mostrando que algo había en verdad. "Es tu ser," dijo, "polvo de estrellas sin par, Aquí latiendo conmigo, no puedes dudar, Aunque de forma cambies, estrella seguirás."

Por algo

¿Y si la Tierra tuviera anillos como Saturno? ¿Y si los días de la semana fueran únicos, sin retorno? ¿Y si el día invitara al sueño, la noche al despertar? ¿Y si dejar de amarte pudiera ser fácil de lograr? Por algo la luna en el cielo se mantiene, Por algo los ciclos en el tiempo se sostienen, Por algo coexisten la luz y la oscuridad, Por eso, por algo, no puedo dejar de amar.

Inmortalizar

Una joven se acercó con una pregunta flotando en sus labios. - ¿Puedo fotografiarlo? - Asentí, pues su semblante amable no dejaba lugar a negativas; allí estaba yo, sumido en un café y en el mar de palabras que plasmaba sobre el papel. Con meticulosidad de artista, ella capturó imágenes desde ángulos insospechados, danzando de un rincón a otro del café. Lo noté al observarla furtivamente. Al concluir su danza, se aproximó de nuevo, sentándose a mi vera para revelarme las capturas de su lente. Yo, solitario en la mesa como antes mencioné, con mi café y mis letras, noté que aquellos a mi alrededor, aunque acompañados, se hallaban sumidos en la soledad de sus teléfonos. Nuestras miradas se encontraron, y sin palabras, compartimos un entendimiento tácito de la ironía del momento. Ella expresó su gratitud y se desvaneció entre las sombras y luces del lugar, en busca de nuevas escenas que inmortalizar.

Una balada para ti

Una balada para ti, aunque dudo que la escuches, con cariño la dediqué, sin orquesta, pero tuya, espero que te complazca. Balada para ti, qué pena, que no sepas que es tuya, que en mi mente te la entrego, y aunque no oigas su melodía, fue escrita solo pensando en ti. Así se siente, imagino, cuando te aman en silencio, esperando una confesión, anhelando que se acerquen, y al final, qué desdicha, una balada sin nombre, dedicada a ti, en secreto. Una balada sin música, solo letras y un alma desnuda, abierta, esperando verte feliz, mi corazón late y clama, ¡esta balada es para ti! Qué tristeza que no sea así, nunca oirás esta canción, ignorarás quién te la ofrece, una pena que llevo en mí, pues la compuse pensando en ti, soñando que esta balada, algún día, te hará feliz.