Tus tobillos

Inadvertido contemplo tus tobillos,
esos huesecillos tan sutilmente bellos.

La tibia que se alza distinguida,
el peroné, de belleza no eximida,
el calcáneo que en la vista reposa,
el astrágalo, cual precioso don se goza.

Qué inmenso tesoro posees,
artísticos, cual monumentos, cual fuertes pilares,
esculpidos en divina obra maestra,
tus tobillos, robustos y a la vez delicados,
se admiran como exquisitas piezas de arte.

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