Confieso

Anoche no pude dormir, encendí la lámpara y apoyé el codo en la almohada, cubierto por la sábana, a medio cuerpo, en la cama me dispuse a confesar:

Confieso que la he amado, incesante, en el tiempo,
siempre presente, aquí, en cada pensamiento.
Mi corazón se enciende al verla en mi sendero,
confieso que soy otro, transformado por completo,
no sé si para bien o mal, distinto es mi temperamento,
pero mi amor es vasto, tanto como el firmamento.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La biblioteca de Marlenne

La niña con cabello de sol

El secreto de la perla negra