Tu compañero

Permíteme ser tu compañero en esta noche estrellada,
en la vigilia que desvela, mientras esperamos la alborada.
Observo tu cabello alborotado, signo de la fatiga acumulada,
mas tus ojos brillan, reflejando una chispa encantada.
Hablaré de los cielos, su vastedad clara y despejada,
de la urbe que, a lo lejos, como un océano de luces se desgrana.
En el silencio me sumiré, para que encuentres calma,
y en el reposo de mis brazos, te prometo, nada te hará falta.

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