No es temor

Descendías con mirada inquieta,
por la escalera con un silencio discreto,
a lo lejos mi figura se desvela,
como un recuerdo olvidado.

Tu silueta se detiene y espera,
esperando a que me aleje,
pero me acerco, entre sombras, a saludar,
algo pasa por tu mente.

Anhelo que seas atrevida y
valiente en cada momento,
no hay razón para el miedo,
puedes volar, tienes alas ahora.

El tiempo ha pasado, sin querer,
en mi caminar te vuelvo a ver,
rodeada de risas y de voces,
te escondes, pero mi ser conoces.

No te haría daño, no es mi deseo,
me alejo bajo el cielo de un sueño,
la luna de octubre es mi confidente,
a ella le confío mi mente ausente.

No es temor lo que escondes en tu pecho,
es un corazón que busca serenidad,
herido, anhela curarse, volver a confiar,
aún no está listo, se guarda con ansiedad.

He sentido ese dolor, esa espera, el silencio,
pero vendrá el día, la sonrisa, el destello,
y diré: ¡Hola, señorita de ojos encantados!
¿Cómo estás, dulce mirada de otoño?
¿Será hoy el día?

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