En el momento menos pensado, cuando el amor era solo una sombra, apareciste tú, iluminando mi camino. No sé si fue casualidad o destino, pero tu presencia sanó mi herida y me enseñó a creer de nuevo.
¿Cuántas veces nos detenemos solo en la cáscara brillante de las cosas, enamorándonos de una ilusión que se desvanece al tocarla? Es el laberinto donde todos, tarde o temprano, nos perdemos, un rito de paso hacia la madurez. En la antesala de ese viaje, rechazamos los mapas que nos ofrecen; nuestras voces internas y externas proclaman: “A mí no me pasará, mi historia es otra”. Nos volvemos sordos a los ecos de experiencias pasadas. Pero hay un atisbo de verdad en esa rebeldía. ¿Qué tal si esta vez es diferente? ¿Qué tal si quiero ser el cartógrafo de mi propio destino? Aunque, en algún recoveco de la conciencia, deberíamos reservar un espacio para la duda, para la posibilidad de caer, como nos previnieron, y así, aprender de nuestros tropiezos y levantarnos con más sabiduría. El tiempo, ese juez imparcial, eventualmente nos enseñará, a medida que los días se desplieguen como páginas de un libro por escribir. Y qué frustración se siente al observar a otro en un sendero parecido al que u...
Ingredientes: Un corazón valiente y sincero Un mapa estelar Una brújula Una moneda de oro Una pluma de fénix Un anillo de plata Un libro de mitos y leyendas Instrucciones: Busca en el mapa estelar la constelación que corresponde a tu signo zodiacal. Usa la brújula para orientarte hacia esa dirección y camina hasta encontrar una fuente de agua. Arroja la moneda de oro al agua y pide un deseo de amor. Sopla la pluma de fénix al aire y observa hacia dónde vuela. Sigue la pluma hasta encontrar un árbol sagrado. Coloca el anillo de plata en una de sus ramas y recita un poema de amor. Abre el libro de mitos y leyendas al azar y lee la historia que te toque. Si la historia es de amor, significa que tu amor está escrito en las estrellas y pronto la conocerás. Si la historia es de tragedia, significa que tu amor está lejos y debes esperar pacientemente.
En el corazón de un pueblo perdido en el tiempo y espacio, vivía Valh, una chica de belleza inusual y ojos que reflejaban historias aún no contadas. Cada día, ella se sentaba en su antigua máquina de escribir y daba vida a un universo de palabras, donde cada acción que realizaba se convertía en una línea, cada línea en un párrafo, y cada párrafo en una página de la historia de alguien más. Valh escribía sobre Ane, una joven que, con su pluma, tejía relatos de amores perdidos y encuentros fortuitos en cafés desvanecidos por el tiempo. Ane, a su vez, narraba la vida de Lecy, una pintora que plasmaba en lienzos blancos las vidas de aquellos que jamás conocería, historias que se entrelazaban con las pinceladas de su propia existencia. Y así, Valh, Ane y Lecy se convertían en creadoras de mundos paralelos, donde cada historia era un reflejo de la otra, un eco que resonaba en la eternidad de la tinta y el papel. Pero lo que Valh no sabía era que ella misma era un personaje más, una creación ...
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