Hoy la volví a ver

Hoy la volví a ver,
y fue un despertar,
mis ojos se llenaron de luz,
al contemplarla no pude reprimir mi corazón,
me acerqué a donde estaba ella,
sus ojos eran como siempre dos luceros,
su cabello era una cascada,
y sus manos unas perlas, finas y delicadas,
la escuché, una y otra vez,
en mi interior había una llama que ardía,
que me consumía por ella,
mi vida, mi alma no había un fin.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los grillitos musicales

El río bajo nuestros pies

Café por las mañanas