En el valle de los suspiros, una dulce voz me habla al oído, un misterio estaba por descubrir. Y allí estabas, como un sueño, me enamoré de tu reflejo, pero te solté, como el viento. Juré no volver a caer, hasta que el destino te trajo a mí, y ahora, solo anhelo enamorarme de ti, una y otra vez, prometo no soltarte más, mi amor eterno será. Aquí estás, en el mismo valle, pero esta vez, fuiste tú quien me halló, y te enamoraste de mi alma errante, pero me dejaste volar, y sellaste una promesa: no amar a otro, solo a mí. Nos reencontramos, una vez más, en este ciclo sin final, pero esta vez, no hay despedidas, ni tú te irás, ni yo me alejaré, solo tú y yo, en la eternidad, amándonos sin final, solo nosotros.