Paraguas
Adiós, paraguas, llevado por el viento, solo observé, sin poder hacer nada, mientras la lluvia me empapaba, y por tu partida repentina, lloraba. Bajo un árbol busqué refugio, abrazándome a mí mismo en el frío, mis labios temblaban sin tu abrigo, y la lluvia era mi único testigo. Adiós, paraguas, el viento te ha vencido, arrancándote de mis manos, has partido, sin despedirte, en la lluvia has desaparecido, y yo, solo, en el aguacero he quedado. Los charcos en las calles se agitan, se lanzan contra mí como ráfagas, mi cuerpo desprotegido se estremece, en el frío que penetra y no cede. Adiós, paraguas, en la adversidad te has ido, en el momento más necesario has partido, me dejaste esperando, solo y abatido, a que el sol, una vez más, haya salido. Buen viaje, paraguas, en tu vuelo errante, ojalá encuentres manos que te agarren, que te sostengan fuerte y constante, para que el viento no te arrebate, nuevamente.